Cardenal Bergolio Papa Francisco
Papa Francisco.- ¿Qué haces?
Suegro del Papa.- Viendo estas dos fotos ¿”sos” realmente el mismo?
Papa Francisco.- Tú dirás. El de la foto, sí.
Suegro del Papa.- ¿Qué queda de aquel cardenal serio, tímido, austero…? Aquel Cardenal que fueron a buscar sus hermanos cardenales al fin del mundo para hacerlo Papa.
Papa Francisco.- Estoy viendo tanto sufrimiento… y descubriendo el valor que tiene una sonrisa para los que no tienen nada. A lo mejor eso me ha cambiado por fuera, me ha cambiado el gesto. Por dentro creo que soy el mismo, con los hombros más caídos por el peso de la carga.
Suegro del Papa.- Y sin vacaciones ¿Estás cansado, o es por el viaje a Corea?
Papa Francisco.- Todo cuenta y suma. En Corea he cansado sobre todo por los idiomas y el miedo a cualquier gesto que en otra cultura pueda herir a la gente.
Suegro del Papa.- En todo el mundo los buenos corazones son iguales. Por cierto, bonito gesto convertir la esclavina de tu sotana en un escaparate y colocarte esos pin que tanto dolor llevan detrás.
Suegro del Papa.- Me emocionó la anciana esclava sexual, me emocionaron los padres de los chicos del naufragio, me emocionaron tantas cosas…
Suegro del Papa.- Y te has metido hasta las cejas en los asuntos; reconciliación de las dos Corea, relaciones con China, Vietnam… una Iglesia más pobre, más austera y de la calle, otro canto al celibato que han agradecido muchos obispos carcas…
Papa Francisco.- Si el Papa no se mete en los charcos, ¿cómo va a confirmar a los hermanos en la fe? Y tengo que encontrar el camino para que lo que predico de iglesia pobre empiece por notarse en mí más que en los demás. No sé cómo hacerlo. Y respecto al celibato, lo que he subrayado es que es un gran valor, pero cuando se acepta libremente y sirve al servicio de los demás. No cierro ninguna puerta.
Suegro del Papa.- No te olvides de los cristianos perseguidos, por ejemplo los que vagan por los pedregales de Nínive. ¿Estás haciendo todo lo que debes?
Papa Francisco.- No lo sé… incluso algunos dicen que debería plantarme allí…