Papa Francisco: el aborto, fabricantes de armas, refugiados y la tercera guerra mundial

Suegro del Papa.- ¿Cómo estás?
Papa Francisco.- Bien, ¿por qué?
Suegro del Papa.- No por nada concreto. Te veo muy callado en algunas cosas y muy parlanchín en otras, si me permites hablar así.
Papa Francisco.- ¿Sí? Dime en qué
Suegro del Papa.- Por ejemplo: no te veo muy activo en la crisis migratoria actual. Esos niños caminando por las vías del tren cientos de kilómetros, esos niños muertos en las playas de Turquía… Toda esa gente que intenta llegar a Alemania…
Papa Francisco.- ¿Te parece que he dado y que doy pocos gritos a favor de esa gente? ¿No te parece un grito poderoso el de hoy el casi tachar de asesinos a los fabricantes y traficantes de armas que sostienen esas guerras que generan dolor, muerte, exilio y refugiados?
Suegro del Papa.- Sí, está bien. Pero en Siracusa tu grito fue más fuerte y dio la vuelta al mundo.
Papa Francisco.- Si aquel fue fuerte, estos son continuados. ¡Cuánto daño están haciendo, estamos haciendo, y a cuánta gente!
Suegro del Papa.- Y esta Europa cada día más lejos de valores, de civismo, de solidaridad. No sé si será consecuencia de lo que tú ya has llamado la tercera guerra mundial o de lo que otros definen como el nacimiento de una nueva era, pero a veces este mundo parece que está a punto de explotar…
Papa Francisco.- Es cierto. ¿Y por qué decías que estoy parlanchín en otras cosas?
Suegro del Papa.- Por ejemplo en la posibilidad de que un cura raso perdone el imperdonable crimen del aborto…
Papa Francisco.- Tengo el poder de dar esa potestad. ¿Te parece mal que una pobre mujer que haya pasado por ese trago, si lo siente sinceramente, tenga que peregrinar hasta un obispo para que sea él quien le dé el perdón en nombre de Dios?
Suegro del Papa.- No. Es más. Creo que es un acierto. Pero si no lo explicas, la gente no se entera. Por ejemplo tus paisanos de la Comunidad Homosexual de Argentina dicen que es un cambio de la postura histórica del Vaticano. Muchos han creído que levantabas la mano y que el aborto ya no es tan grave.
Papa Francisco.- Pero todo el mundo tiene claro qué pienso sobre el aborto…
Suegro del Papa.- Supongo que sí. Pero ten presente que se manipulan las cosas. En uno de los periódicos más importantes de España, hoy, a propósito de esta decisión tuya, comparándola con algunas otras, dicen que tú has dicho, referido a los homosexuales que “¿Quién soy yo para perdonarlos?” Me parece que habías dicho que “¿Quién soy yo para condenarlos?”. No es exactamente lo mismo…
Papa Francisco.- Mensaje recibido. Seré prudente y procuraré explicarme mejor. Espero que sea la fuerza del Espíritu quien ilumine mis palabras y no me asustarán los manipuladores. Espero que la gente de buena fe entienda el lenguaje de un hombre que intenta todos los días ser sencillo como ellos a pesar del boato que me rodea…

Papa Francisco: la película de su vida. El aborto y la eutanasia son actos mafiosos.

Suegro del Papa.- Y ahora al cine.
Papa Francisco.- Eso parece
Suegro del Papa..- ¿Cómo que eso parece? No me seas cínico. Sabes bien que en septiembre se estrena tu película “Francisco. El Padre Jorge”.
Papa Francisco.- Mi película no. La de un gallego, con el guión basado en el libro de la periodista argentina Elisabetta Piqué.
Suegro del Papa.- Ya sólo te falta la ópera Francisco Superstar…
Papa Francisco.- ¡No me maltrates! No te creas que estoy feliz con todo esto. Sé que todo vale y ayuda mucho para difundir el mensaje, pero…
Suegro del Papa.- Pero qué…
Papa Francisco.- Pues, ante todo, que alaga mi vanidad. Y quieras que no, la tengo como todo ser humano. Y tengo miedo que eso me haga olvidar que soy un pobre viejo enfermo, que mi fuerza sólo es Dios, padre de todo, que lo trasciende todo, lo penetra todo y lo invade todo afortunadamente. Y luego los problemas que se pueden crear…
Suegro del Papa.- ¿Qué problemas?
Papa Francisco.- Pues que algunos dirán que si la película me hace la pelota, otros que un Papa no debe tener ni contar su historia. Me preocupa cómo tratarán determinadas cosas por miedo a o para buscar taquilla… ¡Qué quieres que te diga! ¡Qué se yo! No me pillas hoy en mi mejor momento. Serán los calores de Roma.
Suegro del Papa.- Y encima no te vas de vacaciones…
Papa Francisco.- Para vacaciones estamos. Hoy por ejemplo es el día de los abuelos: esos cacharros viejos, como yo, que la sociedad arrincona. Una sociedad que presume de progreso y progresía: aborto, eutanasia descarada o escondida… no es progresista pretender resolver los problemas eliminado una vida humana, la que sea. Ésta es la forma de actuar de los mafiosos: ¿hay un problema? ¡eliminémoslo!
Suegro del Papa.- Muy gráfico. Ciao, viejo.

Papa Francisco no ve la tele: Messi, Cristiano, San Lorenzo de Almagro, los cachetes y el aborto

Suegro del Papa.- Que no puede ser. Que lo que no sale por la tele no existe… Y tú sin ver la tele.
Papa Francisco.- ¿Y me pierdo muchas cosas, aparte anuncios?
Suegro del Papa.- Pues claro que te pierdes cosas: por ejemplo a Messi y a Cristiano Ronaldo. Resulta que presumiendo de futbolero y ni has visto jugar a estos dos.
Papa Francisco.- ¿Qué esperas, si llevo sin ver televisión desde julio de 1990? ¿Cómo los iba a ver? ¿Crees que no me gustaría verlos? Pues no veo televisión por una promesa, como un sacrificio… Además hoy no tendría tiempo. Claro que hay muchas cosas buenas en la tele. Si hasta nosotros tenemos una televisión vaticana.
Suegro del Papa.- Y entonces ¿por qué te han creado esa imagen de seguidor del futbol si no lo ves?
Papa Francisco.- No lo sé. Quizás porque que no lo vea no quiere decir que no me guste y que no siga llevando en el corazón mi pasión juvenil por el San Lorenzo del Almagro.
Suegro del Papa.- Bueno: por lo menos tiene nombre de santo. Pero que te tengas que enterar por uno de la Guardia Suiza de sus resultados…
Papa Francisco.- A ver si te enteras. Soy el Papa, “Siervo de los siervos de Dios”, como también se me conoce. No tengo tiempo más que para dormir unas horas por la noche, levantarme a las cuatro de la mañana y luego echar una siesta cortita. El resto… ¡al andamio! ¿Sabés lo que me esperaba para estas alturas de mi vida? Una vieja sotana negra, o un modesto traje de paisano. Unos cómodos zapatos, un abono del San Lorenzo, desplazamientos en el metro y unos mates con un buen libro… Me cambiaron la sotana negra por una blanca, y ahí se lió todo…
Suegro del Papa.- Lío el que formaste con eso de que dos o tres palmadas en el traste no viene mal…
Papa Francisco.- Ya. Pasamos pendularmente de castigos criminales e insultantes a la coerción positiva que nadie sabe qué es… Tres palmadas en el traste no significa una paliza en el trasero. Pero en fin. Es inútil explicar lo que no se quiera entender. Me parecen perfectos todos los gestos de protección hacia los niños, dueños de sagrados e inalienables derechos. Pero ¡qué sociedad hipócrita y oportunista: tanto para el nacido y nada para el no nacido! No a la palmada, sí al aborto… ¿Te parece bien?

Aborto y pederastia

Suegro del Papa.- Buenos días. Te veo tenso. Ayer en las audiencias te vi muy… normalucho, nada brillante.
El Papa.- Ando preocupado.
Suegro del Papa.- Se te nota. Te veo rezar mucho. ¿Qué te pasa?
El Papa.- El lío de mis colegas obispos alemanes.
Suegro del Papa.- ¿Cómo han cesado al criminólogo de la investigación de la pederastia en la Iglesia?
El Papa.- Eso mismo me pregunto yo. Hagan lo que hagan, a ver a quién convencemos ahora de que estamos haciendo este esfuerzo por descubrir a los criminales y ponerlos a disposición de los jueces.
Suegro del Papa.- Pero ¿por qué lo han hecho?
El Papa.- El error quizás fue nombrarlo de entrada, sin haber conocido sus métodos y personalidad. Tenían que haber buscado una persona más eficaz y más ecuánime, que es lo que buscan ahora. El objetivo parece ser que es asegurar la celeridad, la ecuanimidad, la prudencia y la eficacia. Quieren que esto no dure eternamente. Pero ahora será difícil que les crea nadie.
Suegro del Papa.- Y a tí qué más te da. Tú diste instrucciones de adelante caiga quien caiga.
El Papa.- Ya, pero «la mujer del César no sólo tiene que ser casta, sino parecerlo».
Suegro del Papa.- Te da igual. Está de moda darte palos a tí y a tu Iglesia: eso vende y viste. Así que no sufras.
El Papa.- Hablando de sufrimiento tengo dos cosas que no se me quitan de la cabeza y del corazón en estos días: la situación de la mujer en la India y los abortos en Europa
Suegro del Papa.- Bueno: en la India lo quieren arreglar separando a las mujeres y a los hombres en los medios de transporte.
El Papa.- ¿Y te parece normal en pleno siglo XXI? ¿Sabes lo que eso significa? Pisar sus derechos, peores medios de transporte, seguir manteniendo impunidad para el concepto de que la mujer es violable, !qué se yo!
Suegro del Papa.- Y ¿qué hay de nuevo en los abortos?
El Papa.- Hay estudios que señalan que en los abortos a partir del tercer mes uno de cada seis niños nace vivo y lo dejan morir dcespués, quizás incluso sufriendo. Como esto es delito hasta en los países que permiten el aborto, se está proponiendo una «solución»: inyección de potasio al corazón antes de abortarlos.
Suegro del Papa.- !Qué fuerte!
El Papa.- Sí. Otra solución es la de unos padres que llevan ya dos abortos de este tipo y que dicen que no pasa nada. Que el niño muere muy a gusto y tranquilo en sus brazos, según ellos en unos brazos que lo quieren… !Cómo me recuerda la historia de las burradas de mi país cuando yo era un joven medio inconsciente!
Suegro del Papa.- Venga va, no decaigas !Que Dios te bendiga y te ayude! !Que tengas buen día!